Alemán/German I Subs:Castellano/English
44 min I Xvid 464x352 I 977 kb/s I 128 kb/s cbr mp3 I 29,97 fps
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350 MB
Más de un telespectador europeo está acostumbrado al rutinario ritual de los saltos de esquí en el día de año nuevo, casi tan familiares como el tradicional concierto desde Viena. La mirada distraída hacia esta disciplina deportiva bien podría hacerla cambiar la contemplación de este bello documental, que sigue los saltos del especialista suizo y campeón Walter Steiner. El film nos habla de ese corazón cuyos latidos se aceleran, y de los miedos que acometen al saltador después de una caída. Especial atractivo tienen los saltos rodados con cámara de alta velocidad, que luego reproducidos a velocidad normal permiten apreciar la belleza del momento, éxtasis según el título del film, en que sólo se mueve el saltador mientras el público se asemeja a estatuas de carne y hueso.
Según el extenso y complejo título de este film, parecería que nos vamos a encontrar con el retrato documental de un escultor.
Extrañamente, lo primero que vemos es un salto de esquíes en rampa filmado en cámara lenta. Inmediatamente después, asistimos al taller de un escultor al que pronto olvidaremos, y a quien se le "concede" apenas un minuto para que nos hable de una de sus obras.
Una vez más somos conducidos a las rampas de esquí en la nieve, lugar que no dejaremos más y desde donde acompañaremos al esquiador Steiner en su deporte: entrenamiento, accidentes, saltos de otros competidores, entrevistas, etc.
Una vez más somos conducidos a las rampas de esquí en la nieve, lugar que no dejaremos más y desde donde acompañaremos al esquiador Steiner en su deporte: entrenamiento, accidentes, saltos de otros competidores, entrevistas, etc.
¿Y el éxtasis del escultor del que nos habla el título?
El éxtasis refiere a aquella vivencia -vedada para la mayoría de los mortales- que tiene Steiner al realizar sus saltos. Audiovisualmente, esto es narrado gracias al recurso de la cámara súper lenta, que junto con la música de Popol Vuh, nos introduce en una especie de túnel, que a ojos de los espectadores de aquel deporte tiene una duración de segundos, pero que para Herzog tiene una dimensión atemporal, o más bien en un tiempo que flota, durante el cual sentimos estar junto con Steiner en un vuelo interminable.
El documental también nos advierte que este éxtasis no es nada gratuito, ya que es alcanzado en los límites de la vida. Vemos con claridad que un salto erróneo o un mínimo desequilibrio puede devenir en un accidente grave o incluso en la muerte.
El éxtasis refiere a aquella vivencia -vedada para la mayoría de los mortales- que tiene Steiner al realizar sus saltos. Audiovisualmente, esto es narrado gracias al recurso de la cámara súper lenta, que junto con la música de Popol Vuh, nos introduce en una especie de túnel, que a ojos de los espectadores de aquel deporte tiene una duración de segundos, pero que para Herzog tiene una dimensión atemporal, o más bien en un tiempo que flota, durante el cual sentimos estar junto con Steiner en un vuelo interminable.
El documental también nos advierte que este éxtasis no es nada gratuito, ya que es alcanzado en los límites de la vida. Vemos con claridad que un salto erróneo o un mínimo desequilibrio puede devenir en un accidente grave o incluso en la muerte.
Pero el significado ya está en el título. Entonces, ¿por qué nombrar al escultor si la faceta evidentemente destacable de esta personalidad es el deportista con sus saltos?
Si Herzog no hubiese mostrado ese plano inicial en el taller ni hubiese incluido al escultor en el título, seguramente el documental remitiría a un recordman, a una especie de máquina de saltar, a un deportista más. De esta manera, estamos parados frente a una persona, a un escultor de pueblo retratado en su complejidad, que por momentos (por segundos quizá) ingresa en una dimensión poética.
Pero la pregunta que nos tenemos que hacer es si sólo personas como Steiner pueden alcanzar el éxtasis. Seguramente que no. Mientras él se expresa mejor en sus saltos, otros se expresarán mejor en otras áreas, pero potencialmente casi todos podemos expresarnos con la creación artística.
Si Herzog no hubiese mostrado ese plano inicial en el taller ni hubiese incluido al escultor en el título, seguramente el documental remitiría a un recordman, a una especie de máquina de saltar, a un deportista más. De esta manera, estamos parados frente a una persona, a un escultor de pueblo retratado en su complejidad, que por momentos (por segundos quizá) ingresa en una dimensión poética.
Pero la pregunta que nos tenemos que hacer es si sólo personas como Steiner pueden alcanzar el éxtasis. Seguramente que no. Mientras él se expresa mejor en sus saltos, otros se expresarán mejor en otras áreas, pero potencialmente casi todos podemos expresarnos con la creación artística.
Ahora bien, esto podría ser una suerte de trampa, ya que la expresión no necesariamente nos conduce al éxtasis, ni toda creación es necesariamente arte.
Para alcanzar ese punto se requiere de compromiso y honestidad con lo que se hace: alguien dispuesto a indagar en sus límites, pero al mismo tiempo conciente de que el éxtasis o la belleza total es un lugar del cual no se vuelve. (Pablo Dominguez, Cinescuela)
Para alcanzar ese punto se requiere de compromiso y honestidad con lo que se hace: alguien dispuesto a indagar en sus límites, pero al mismo tiempo conciente de que el éxtasis o la belleza total es un lugar del cual no se vuelve. (Pablo Dominguez, Cinescuela)
Herzog's film begins with a brief slow-motion shoot of a ski-jumper floating through the air, mouth wrenched open, imbibing the experience. The moment is perfectly complimented by a somnambulistic ethereal tune by the German group Popol Vuh, long time collaborators with Herzog. The title comes up, followed by the credit: “A film by Werner Herzog.” A second shot shows the Swiss woodcarver Walter Steiner at work, interpreting his art in a strangely disorientating manner. For someone who doesn't know anything about the film, nor anything about Steiner, this is confusing. What are we about to see? A documentary about a primitive artisan, the last of his craft, struggling against modern society? From Herzog this is quite possible. But why the image of the ski-jumper?
In 1972 and 1977 Steiner was the world ski-flying champion, and in 1973 he was placed second. These championships are held approximately every two years. He also won a Gold medal ski-flying for Switzerland in the Winter Olympics. Herzog's film ostensibly covers Steiner's mammoth record-breaking leaps made in Planica, Yugoslavia in March 1974. Here Steiner demolished all competition by achieving a perfect score, a feat never before achieved. Even more remarkably, Steiner handicapped himself by beginning on a lower run than his competition. Furthermore, Steiner equaled the world record jump set on a longer ramp. Steiner's achievement was awesome and Herzog was there to capture the events.
"Es una película sobre la angustia de la muerte, el éxtasis del cuerpo y la soledad."Werner Herzog
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Die große Ekstase des Bildschnitzers Steiner (Werner Herzog).part1.rar
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Die große Ekstase des Bildschnitzers Steiner (Werner Herzog).part2.rar
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Die_große_Ekstase.7z.001
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