Fireworks Wednesday / El Miércoles de los Fuegos
Farsi | Subs: Castellano / Français
98 min | xvid 696x376 (16:9) | 1233 kb/s | 192 kb/s mp3 | 25.0 fps |
999Mb + 3%
999Mb + 3%
http://www.imdb.com/title/tt0845439/
La jeune Rouhi va bientôt se marier avec son cousin Abdol-reza. La veille de la fête du feu, qui commence les festivités du Nouvel An iranien au mois de mars, elle est envoyée par son agence de travail temporaire pour faire le ménage chez une famille de la classe moyenne. Elle y trouve un appartement sens dessus-dessous, avec des travaux de peinture à peine terminés et un carreau cassé. Le mari Morteza espère y mettre un peu d'ordre grâce au travail de Rouhi, avant de partir en vacances à Dubaï. Mais sa femme Mojdeh a d'autres plans et renvoie la jeune aide ménagère immédiatement. Au cours de la journée, Rouhi va cependant revenir plusieurs fois chez ce couple, qui est en pleine crise ménagère, à cause des soupçons d'infidélité que Mojdeh porte sur son mari et la voisine, une coiffeuse divorcée.
La joven Rouhi está por casarse con su primo Abdol-reza; para costearse la boda, ambos trabajan: él la lleva en motocicleta a la ciudad. La víspera del Miércoles de los Fuegos, que da comienzo al Año Nuevo iranio en el mes de marzo, su agencia de trabajo temporario la envía a hacer la limpieza de una casa de clase media. Rouhi se encuentra con un departamento desordenado, apenas recién pintado, y con una ventana rota. Una serie de conflictos, rencores y secretos de sus empleadores y del edificio se le irán revelando durante el día.
On the last Wednesday before the spring solstice ushers in the Persian New Year, people set off fireworks following an ancient Zoroastrian tradition. Rouhi, spending her first day at a new job, finds herself in the midst of a different kind of fireworks -- a domestic dispute between her new boss and his wife.
Based on the Persian New Year, Fireworks Wednesday or Chahar Shanbeh Suri is a celebration on the last Tuesday night/early Wednesday morning of the Zoroastrian year that marks the arrival of spring and a revival of nature. The festival dates back at least to 1700 BCE. The rituals of the evening start at sunset and include a symbolic purification by fire in which people jump over bonfires to rid themselves of illness and misfortune. The bonfires are lit to symbolically keep the sun bright throughout the night. In recent years the festival has taken on the form of a public protest for the younger generation, leading them to shoot off fireworks before and during the festival. The rituals find their roots in pre-Islamic Zoroastrianism and its dualistic struggle between the forces of good and evil, day and night. Despite the festival’s ancient historical roots, there is actually no present-day religious significance attached to Chahar Shanbeh Suri.
El Miércoles de los Fuegos es una celebración de más de tres mil años que tiene lugar al caer la noche del martes y comienzo del primer miércoles del año zoroastriano, noche que marca la llegada de la primavera y el renacimiento de la naturaleza. Durante esas horas se encienden fogatas y la gente salta sobre ellas en un gesto purificador que protege de la enfermedad y la desdicha. Las hogueras simbólicamente preservan la luz del sol durante la noche. En los últimos años esta celebración ha servido para encauzar gestos de protesta por parte de la joven generación, que tira fuegos artificiales antes y durante el festival. El ritual tiene un obvio origen pre-islámico: reflejaba la lucha de los dos principios cósmicos, el bien y el mal, la luz y las tinieblas, pero hoy en día ya no conserva ninguna connotación religiosa.
Austin Film Society
Chaharshanbe-soori es un film de miradas inquisitivo-despreciativas, de gestos y comentarios calculados. Farhadi espacializa en términos arquitectónicos y fílmicos relaciones de dependencia, y demandas, tanto sociales como sexuales. Muchas cosas ocurren delante del condominio, y las unidades habitacionales se hallan insuficientemente aisladas unas de otras: en lugar de una separación estricta de lo privado y de lo público, Farhadi describe cruces fugaces en un espacio continuo semiabierto. Mojdeh, que siempre vuelve a encontrarse en la zona inferior de las jerarquías, que ni siquiera son incluso económicas, aunque de algún modo deriven de ellas, en algunas escenas busca refugio en el baño, único lugar que parece prometer una pura privacidad. Y el lugar en el que también es posible escuchar por el hueco de la ventilación. Compulsivamente reproduce así los mismos procedimientos de los que trata en realidad de sustraerse.
La tradición de la estética neorrealista del cine iraní post-revolucionario funciona notablemente bien aplicada a un tema de clase media (en el guión participó Mani Haghighi, cuyo Men at Work buscaba algo parecido, claro que de tipo y modo totalmente diferente). Farhadi dirige con una elegancia en gran medida velada, y que incluso cuando no es posible pasarla por alto, no violenta al espectador. En una escena clave, el film, que (con una sola excepción) evita la música extradiegética, introduce música de ascensor (algo con lo que nunca creo haberme cruzado por otra parte hasta ahora en el cine iraní), a modo de brillante comentario semi-irónico. Y el largo pasaje con tomas de la ciudad en el que los festejos del Año Nuevo no se distinguen fácilmente de una guerra civil, es simplemente magistral. Y sin embargo, no se deslizan esas escenas hacia la alegoría, como podría haber pasado en un film de Jafar Panahi. En Chaharshanbe-soori, los personajes son más que ellos mismos, pero no por eso remiten exclusivamente a un más allá que los trascienda: ganan de este modo un valor propio, sobre todo psicológico. Chaharshanbe-soori es también un poco más burgués que la mayoría de los films iraníes, y de más está decir que lo es de un modo maravilloso.
Le cinéma iranien n'est à première vue pas l'endroit le plus propice à un regard mesuré et intelligent sur la complexité des relations conjugales. Depuis l'éclosion de cette cinématographie nationale toujours assez confidentielle, malgré le succès critique d'Abbas Kiarostami et des Makhmalbaf, elle est devenu le synonyme de drames minimalistes, qui ont repris, dans une autre époque et une autre culture, la torche du néo-réalisme italien. On peut y observer généralement des conditions de vie précaires, et plus précisément une révendication féministe sporadique, qui va à l'encontre des directives gouvernementales fondamentalistes.
Ce troisième film d'Asghar Farhadi ne se préoccupe qu'accessoirement de l'environnement social de ses personnages. Il s'attèle davantage à une refonte du drame conjugal, afin de passer outre les crises de jalousie et les tromperies habituelles. Son principal allié dans cette entreprise, finalement assez ambitieuse, est un jeu habile sur le point de vue depuis lequel il conte cette journée d'un couple en pleine décomposition. Le regard de Rouhi n'est que le point de départ dans un contexte narratif complexe, mais jamais brouillon. Du statut de simple observatrice, la jeune femme passe progressivement à un rôle plus actif, sans pour autant participer suffisamment à l'action pour modifier son cours de façon significative. Son comportement est aussi ambigu que celui du couple, constamment dans le doute sur quel parti prendre ou bien laisser les mariés dans leur marasme trop humain de faire semblant, de tromperies et de compromis.
Le scénario astucieux accentue encore cette incertitude, cette incapacité de savoir vers où se dirige le récit et quelle issue il réserve à ce pétrin émotionnel multilatéral. Heureusement, la conclusion est à l'image du ton éclairé et mélancolique du film. Celui-ci démontre une fois de plus la vitalité coriace du cinéma iranien et sa capacité d'évoluer presque magistralement à l'écart des idées reçues et des formes imposées par un point de vue occidental réducteur.
El cine iraní no sería a primera vista el ámbito más propicio para una mirada equilibrada e inteligente sobre la complejidad de las relaciones conyugales. A pesar del éxito crítico de Abbas Kiarostami y de los Makhmalbaf, desde su eclosión esta cinematografía nacional de tono siempre más bien confidencial terminó convirtiéndose en sinónimo de dramas minimalistas, que retoman -en otra época y en otra cultura- la antorcha del neorrealismo italiano. Se pueden observar aquí generalmente condiciones de vida precarias y, en particular, esporádicas reivindicaciones feministas que contradicen las directivas del fundamentalismo gubernamental.
Este tercer film de Asghar Farhadi aborda sólo tangencialmente el ambiente social de los personajes, se aboca más que nada a una reelaboración del drama conyugal, con el fin de ir más allá de las crisis de celos y los engaños habituales. Su principal aliado en esta empresa, en última instancia bastante ambiciosa, es un hábil juego con el punto de vista desde el que se relata esta jornada de una pareja en plena descomposición. La mirada de Rouhi es sólo el punto de partida de un contexto narrativo complejo, pero que nunca se desdibuja. De la condición de simple observadora, la joven pasa progresivamente a un papel más activo, sin participar de la acción sin embargo como para modificarla de manera significativa. Su comportamiento es tan ambiguo como el de la pareja, se halla constantemente en duda sobre qué camino tomar, o bien sobre si debe dejar simplemente a los cónyuges en ese muy humano marasmo de apariencias, de engaños y de compromisos.
El astuto guión acentúa aun más esta incertidumbre, esta incapacidad de saber hacia dónde se dirige el relato y qué desenlace tiene reservado para esta colectiva maraña emocional. Felizmente, la conclusión no es incoherente con el tono luminoso y melancólico del film. Asistimos así a una nueva demostración de la enorme vitalidad del cine iraní y de su capacidad de evolución casi magistral lejos de los lugares comunes y de las formas impuestas por una reductora mirada occidental.
Ce troisième film d'Asghar Farhadi ne se préoccupe qu'accessoirement de l'environnement social de ses personnages. Il s'attèle davantage à une refonte du drame conjugal, afin de passer outre les crises de jalousie et les tromperies habituelles. Son principal allié dans cette entreprise, finalement assez ambitieuse, est un jeu habile sur le point de vue depuis lequel il conte cette journée d'un couple en pleine décomposition. Le regard de Rouhi n'est que le point de départ dans un contexte narratif complexe, mais jamais brouillon. Du statut de simple observatrice, la jeune femme passe progressivement à un rôle plus actif, sans pour autant participer suffisamment à l'action pour modifier son cours de façon significative. Son comportement est aussi ambigu que celui du couple, constamment dans le doute sur quel parti prendre ou bien laisser les mariés dans leur marasme trop humain de faire semblant, de tromperies et de compromis.
Le scénario astucieux accentue encore cette incertitude, cette incapacité de savoir vers où se dirige le récit et quelle issue il réserve à ce pétrin émotionnel multilatéral. Heureusement, la conclusion est à l'image du ton éclairé et mélancolique du film. Celui-ci démontre une fois de plus la vitalité coriace du cinéma iranien et sa capacité d'évoluer presque magistralement à l'écart des idées reçues et des formes imposées par un point de vue occidental réducteur.
El cine iraní no sería a primera vista el ámbito más propicio para una mirada equilibrada e inteligente sobre la complejidad de las relaciones conyugales. A pesar del éxito crítico de Abbas Kiarostami y de los Makhmalbaf, desde su eclosión esta cinematografía nacional de tono siempre más bien confidencial terminó convirtiéndose en sinónimo de dramas minimalistas, que retoman -en otra época y en otra cultura- la antorcha del neorrealismo italiano. Se pueden observar aquí generalmente condiciones de vida precarias y, en particular, esporádicas reivindicaciones feministas que contradicen las directivas del fundamentalismo gubernamental.
Este tercer film de Asghar Farhadi aborda sólo tangencialmente el ambiente social de los personajes, se aboca más que nada a una reelaboración del drama conyugal, con el fin de ir más allá de las crisis de celos y los engaños habituales. Su principal aliado en esta empresa, en última instancia bastante ambiciosa, es un hábil juego con el punto de vista desde el que se relata esta jornada de una pareja en plena descomposición. La mirada de Rouhi es sólo el punto de partida de un contexto narrativo complejo, pero que nunca se desdibuja. De la condición de simple observadora, la joven pasa progresivamente a un papel más activo, sin participar de la acción sin embargo como para modificarla de manera significativa. Su comportamiento es tan ambiguo como el de la pareja, se halla constantemente en duda sobre qué camino tomar, o bien sobre si debe dejar simplemente a los cónyuges en ese muy humano marasmo de apariencias, de engaños y de compromisos.
El astuto guión acentúa aun más esta incertidumbre, esta incapacidad de saber hacia dónde se dirige el relato y qué desenlace tiene reservado para esta colectiva maraña emocional. Felizmente, la conclusión no es incoherente con el tono luminoso y melancólico del film. Asistimos así a una nueva demostración de la enorme vitalidad del cine iraní y de su capacidad de evolución casi magistral lejos de los lugares comunes y de las formas impuestas por una reductora mirada occidental.
Mulderville.net
Una más de Farhadi, no publicada antes porque la única copia con que contaba tenía subtítulos ingleses pegados. Esta copia nueva fue compartida recientemente por Galmuchet, quien también aportó los subtítulos franceses. La versión castellana es de un servidor.
Thanks Galmuchet!
fuegos.part1.rar
http://www48.zippyshare.com/v/35119552/file.html
fuegos.part2.rar
http://www66.zippyshare.com/v/14551330/file.html
fuegos.part3.rar
http://www39.zippyshare.com/v/9813940/file.html
fuegos.part4.rar
http://www43.zippyshare.com/v/49621287/file.html
fuegos.part5.rar
http://www66.zippyshare.com/v/34851237/file.html
fuegos.part6.rar
http://www59.zippyshare.com/v/39336018/file.html
Castellano
http://www19.zippyshare.com/v/41616594/file.html
Français
http://www28.zippyshare.com/v/78248397/file.html
Comentarios
Publicar un comentario